El mundo del fútbol enmudece: el último adiós al Papa Francisco
Hoy, el mundo del deporte lo despide con un aplauso largo y eterno
El lunes de Pascua, el deporte dejó de correr. Estadios en silencio, partidos postergados, banderas a media asta. La muerte del Papa Francisco, a los 88 años, sacudió al planeta entero, pero pegó distinto en el mundo del fútbol, donde Jorge Bergoglio fue siempre más que un pontífice: fue uno de los nuestros.
Hincha de San Lorenzo, futbolero de alma, argentino hasta el tuétano, Francisco fue despedido con respeto y emoción por leyendas, clubes y organismos de todo el globo.
Italia y Argentina, de luto
En Italia, país que lo vio brillar como líder espiritual, la Serie A suspendió cuatro partidos, incluyendo el Juventus vs. Parma. En Argentina, la AFA reprogramó tres encuentros del torneo local en su honor. Antes de cada partido de la semana habrá minuto de silencio. El fútbol se detuvo para rezar.
Un Papa futbolero
Francisco no era solo fanático. Tenía carnet oficial de San Lorenzo (N.º 88.235) y seguía los partidos del Ciclón desde su infancia. En 2013, tras ser elegido Papa, el club le regaló el campeonato. En 2014, la Libertadores. Ambos trofeos le fueron entregados en mano en el Vaticano.
Hoy, San Lorenzo anunció que su nuevo estadio llevará el nombre del Papa Francisco. Un homenaje eterno.
“Siempre fue uno de nosotros”, publicó el club con una foto del Papa sosteniendo el escudo azulgrana.
Maradona, Messi y Buffon
Francisco y Maradona se reunieron dos veces. En la primera, Diego le regaló una camiseta con su clásico “10” y la inscripción “Francisco”.
“Es una estrella. Soy el fan número uno de Francis”, dijo Maradona. Cuando Diego murió, el Papa lo despidió en silencio y oración.
Lionel Messi también lo despidió con una foto y un mensaje:
“Un Papa distinto, cercano, argentino… Gracias por hacer del mundo un lugar mejor. Te vamos a extrañar”.
Gianluigi Buffon fue directo al corazón:
“Francisco iluminó su época como solo los más grandes pueden hacerlo. Llevaré su ejemplo por siempre en mi corazón”.
Fútbol y fe
Francisco entendía el deporte como una herramienta social. Su padre jugaba al básquet, él creció con una pelota en los pies y una radio al oído. Desde el Vaticano, impulsó el juego limpio, denunció la corrupción y defendió la inclusión en el deporte.
“La gente te sigue dentro y fuera del campo. Es una responsabilidad”, decía.
En 2016, en una cumbre global sobre fe y deporte, dejó en claro que el fútbol no es solo un juego: es una forma de transformar realidades.